El tema de esta nota surgió a raíz de ciertas preferencias e inquietudes personales sobre las que me parece necesario indagar, para que las mujeres seamos más arriesgadas y dominemos nuestro poder de decisión.
Me gusta imaginarme un mundo en el que la igualdad (por la que tanto luchamos) también se defina a partir de cada pequeña decisión y cada iniciativa que tomamos en nuestra vida.
Fotografia. Natalia White
Si hablamos de esa igualdad que imagino, supondría que tanto hombres como mujeres, en el tema de la conquista, el cortejo o como quieran llamarlo, podrían actuar y comportarse libremente y tomar las iniciativas que deseen. Sin embargo, no es así como funciona todavía, sinceramente. Aún escucho a muchos amigos y hombres alarmados cuando una mujer decide invitarlos a salir y llevar las riendas de una primera cita, por ejemplo. Es verdad, se alarman, en nuestra sociedad no estamos acostumbrados a ese tipo de iniciativas femeninas, al menos, en la mayoría de los casos, aún son los hombres los que tienen el “permiso” para invitar a salir e iniciar la labor de conquistar a la mujer que deseen.
Las mujeres aún no tenemos un terreno de juego asegurado sobre el tema de conquista, pues debemos esperar con modestia a que el hombre tome la iniciativa de llamarnos o escribirnos por Whatsapp. Si, son ellos los que deben iniciar la tarea, porque nosotras tememos a sentirnos juzgadas o rechazadas al hacerlo, a mí me ha pasado. Entonces, al parecer lo adecuado es esperar, controlar nuestros impulsos, o en el peor de los casos, bloquear nuestros deseos, para no vernos como mujeres precipitadas (que es lo tememos que la sociedad señale), ni intimidar a los hombres.
Realmente me parece muy aburrido que aún en estos tiempos, no nos permitamos a nosotras mismas fluir en la conquista de un hombre. ¿Por qué no podemos iniciar la conversación? ¿Por qué no podemos invitarlos a salir? ¿Por qué no podemos pagar la cuenta del cine? Esto no nos hace más débiles ni más fuertes, simplemente, nos permite fluir con la vida, con el universo y con nuestros propios instintos e impulsos.
Para aquellas mujeres que les interese este camino o como en mi caso (y el de varias amigas mías) sientan en su interior ese instinto de caza tan excitante y emocionante, pues nada mejor que desarrollarlo, incrementarlo y estimularlo. Arriesgarse, simplemente eso, no dejar de ser lo que somos, permitirnos jugar y divertirnos sin miedo, lo merecemos. Si un hombre huye o se siente intimidado por una mujer que lo invita a salir, que toma las riendas y es directa con sus intereses, quizá es un hombre anticuado que no promete ni arriesga mucho, entonces es un hombre poco atractivo.
Es que también este es un juego de atracción. Que nosotras logremos atraer a aquellos hombres con los que podamos ser simplemente libres, expresarnos sin miedo, actuar y hacer las cosas como más nos gusta, sin dejar de lado, claramente, el equilibrio que debe existir en cualquier relación humana en la que haya más de una persona involucrada. Es decir, que vayamos en busca de nuestros intereses, pero también le permitamos al otro lograr los suyos. Conquistar, cortejar con cautela, con seducción, paulatinamente, pues esto lo hace más misterioso y sexy.
¿Quién ha dicho que las mujeres no podemos invitar a salir a un hombre, iniciar la conquista y pagar la cuenta? Nadie lo ha dicho, no es una ley ni una norma. ¡Claro que podemos hacerlo! ¡Tenemos toda la libertad de hacerlo y de probarlo una y otra vez! Al igual que ellos, todos por igual.
Si esto genera o ha generado alguna vez conflicto o incomodidad en las relaciones humanas es porque es una idea social que nosotros mismos hemos creado. Entonces, es el momento para erradicarla y no verlo como una conducta equivocada, pues no hace daño ni hiere a nadie.
Es esta nota también una invitación a crear abiertamente una discusión sobre el tema y para que cada uno de nosotros (hombres y mujeres) replanteemos nuestra manera de pensar, opinar y juzgar a una mujer que elije actuar así, tomando riesgos, pues si queremos sentirnos libres, hay que permitirle a los demás serlo también.
Respecto a las mujeres que invitan a salir algunos entrevistados opinan:
Si la conozco hace poco días, pensaré que, de pronto, quiere empezar a salir conmigo, conocerme. Y cuando uno lleva rato conociendo a esa persona, y me invita, pienso en que querrá desahogarse de algo, hablar con alguien o simplemente un encuentro para desatrasar cuaderno…me parece bacano que ella tome la iniciativa, que haga ese tipo de cosas”, (Wilmer, 29 años).
“Que me inviten es común, que paguen no. Pero si me he cruzado mucho con mujeres que pagan lo suyo, mas no todo, creo que eso habla muy bien de una chica…Me situó en el caso de que es una persona agradable, creo que es empoderamiento de esa chica, si paga la cuenta creo que es una persona que tiene algún interés muy profundo, algo más allá de una simple cita. Sería de asombro e interesante saber hasta dónde puede llegar, porque es un precedente de que no está buscándote por algún interés material, solo quiere la compañía, te demuestra que es independiente y autónoma y que de la misma manera como te invito a salir te puede mandar a la m****a”, (Andrew, 27 años)
“Es raro verlo, pero pienso que quiere pasar un buen rato, sea cual sea el plan; divertirse y relajarse…Creo que es una mujer que tiene una mente abierta y libre de tabús, podría decirse, porque no está esperando que un hombre la invite a algo, ella toma la iniciativa; diría que es una mujer decidida, libre y segura”. Y respecto a que la chica pague la salida opina: “Prefiero dividir la cuenta en mitades, pero si la chica insiste no hay lío, pero la próxima invito yo J. Siempre procuro pagar, porque me da pena que alguien se gaste dinero en mí. Y siempre me gusta tener el detalle de pagar y atender, ‘déjese atender’, como dirían las tías”, (Andrés, 26 años).
Bueno, después de todo, las conclusiones se las dejo a ustedes (los lectores), pues aquí no se puede concluir ya que, sin duda, nos encontramos con ideas y opiniones diversas. Y creo que puedo dejar totalmente abierta la pregunta con la que inicié este post, para que ustedes mismos la respondan. Y a las chicas, sobre todo, ahora les pregunto: ¿Se arriesgan a invitar a salir a un hombre?